V - Amigas.

Cuando acabamos de hablar y de contarnos todas nuestras cosas en el poquito tiempo que teníamos, él, se marchó. Tenía que entrenar y no lo iba a retener, para nada, es su sueño y quiero que llegue a cumplirlo.

Nada más subir ya tenía a Lea para que le contara todo:

- ¿Qué te ha dicho? Cuenta, cuenta, cuenta, hasta el más mínimo detalle, venga, venga, cuéntamelo...

+ Nada que ya no sepas Lea, ¿o crees que no te he visto cotillear desde la ventana? ja ja ja. 

- Como me conoces Nay, pero ¿crees que he podido oírte? vale que no estoy sorda pero, tampoco soy muy aguda de oído que digamos...

+ Vale, te lo contaré pero no es lo que te imaginas... -le dije sincera.

- ¿No ha venido por ti? ¡No me lo puedo creer! entonces, ¿por qué si no?

+ Lea, viene por obligaciones, tiene que competir en un partido muy importante para él, pero lo que ha hecho que me animara es que se alegraba de verme y de tenerme tan cerca, y que no me había avisado antes para así darme una sorpresa...-intentó cortarme pero no le dejé- pero Lea no digas nada al respecto, estoy contenta igualmente.

- Ya... pero habría sido mejor si hubiera venido por ti... pero igualmente me alegra que haya venido porque así te veo feliz y no amargada ¡ja ja ja ja!

+ ¡Serás mala! tampoco he estado tan amargada, ¿no?

- No que va, no querías ni salir por si te mandaba algún mensajito.

+ Oye, que también he tenido que estudiar... 

- Pero también has tenido tiempo libre...

+ Ja ja ja, te prometo que saldré más a menudo ¿vale? pero de momento quiero pasar el tiempo que tengo libre con él, ¿lo entiendes verdad?

- ¿Cómo no entenderte tontorrona? yo ya te tendré los días de clase... ¡así no me cansaré tanto de verte la cara!

+ Malaaaa... -le di un empujoncito en el hombro- menos mal que sé que te tengo, gracias Lea.

- De nada, para eso están las amigas ¿no?

+ Si, pero sobretodo amigas de verdad como tú.