XII - Extremadamente extraño, pero... ¿cierto?

- Tranquila, puede que no sea cierto y que Lea se haya equivocado de persona. -Acabó Carlos así nuestra conversación.
Para algunos aquellas palabras podrían haber aliviado el dolor de su corazón, pero para mi, no.
Desde aquella tarde no he parado de recibir llamadas de Hugo, sms's donde pone: "¿Que te pasa? siento que te he hecho algo y no sé el que... quiero que sepas que te quiero, y que dentro de nada iré a valencia a verte." Y hoy, hace cinco minutos escasos, he recibido el último: "Hoy por la noche estoy allí, espero poder verte y aclarar lo que haya que aclarar, que a mi desgracia no lo sé. Te quiero."
Tonta de mí, no he sido capaz de responderle ni de contestar sus mensajes, ¿por qué?, sí, estoy convencida de que soy tonta, debería de haberle dado una explicación por lo menos, así, él me diría la verdad. Pero ahora no tengo escapatoria, tengo que afrontar mis miedos.

La tarde pasa demasiado lenta, los minutos se me están atragantando en la garganta y no sé que hacer. ¿Cómo reaccionaré? ¿Será todo una confusión? ¿Me dirá que fue un error?...

Son las 8 de la tarde. En los últimos minutos he podido terminar de arreglarme un poco y contactar con Lea. Ha sabido como tranquilizarme. Me ha contado que no ha vuelto a ver a Hugo por Londres, y que suponía que estaría compitiendo; también que tampoco sabe nada de la chica que vió con él. Pero bueno, ahora solo me queda esperar a que él aparezca. ¿Qué podré decirle? Va a pensar que soy tonta si todo es mentira...

Alguien llama a la puerta y puedo asegurar quien es...
- Hola Nay, ¿estás ocupada? - ¿Cómo? No puede ser... ¿qué hace Carlos aquí?
+ Hola Carlos, pues sí, estoy esperando a Hugo. -Le dije mientras me temblaba el habla, aunque no creo que se haya percatado a través del telefonillo.
- Bueno, pues entonces baja, lo he encontrado. -Ahora sí que estoy rayada.
Bajé las escaleras a toda prisa y por casi resbalo a consecuencia de mis piernas que no querían reaccionar.
+ Ho..hola.
- Nay, ¡por fín! -Me dijo Hugo mientras me fundía en un grato abrazo.
+ ¿Qué pasa? ¿Por qué habéis venido los dos? 
- Eso es culpa mía, bueno, en parte. -Me dijo Carlos.
- Mejor te lo explico yo... -dijo Hugo callando a Carlos- a ver... últimamente has estado muy rara conmigo, no me contestabas los sms's, ni mis llamadas, ni mis correos, nada de nada, y yo preocupado acudí a Carlos. Él me ha contado qué te pasa. Y he de decirte que lo siento, pero yo no he hecho nada malo, no he parado de entrenar para poder escaparme a verte.
No sé que pasó pero cuando terminó me sentí afortunada. Le creía y sabía que él me quería. Entonces le besé con todas las fuerzas y la que le pedí perdón, fui yo.
Pensé que no debía de darme más explicaciones y así se lo dije, ya hablaría con Lea, quizás solo se equivocó, o quizás él me miente. Pero de momento no quiero pasarlo mal y ni tan solo pensar que podría perderlo.

1 comentario:

  1. Es alucinantes, me encanta la historia.
    http://unsegundoesmuchotiempo.blogspot.com/ me gustaría que te pasaras por el mío:)

    ResponderEliminar