Tristeza indomable.

   Estoy desanimada. Busco el día como un dueño a su mascota perdida. Sin saber que hacer ni tampoco por donde empezar. Pero busco. Nunca me cansaré de buscar. Algún día encontraré lo que quiero.
   Aunque sigo triste. La tristeza no se despega de mí ni un solo instante. Camino sin ganas por calles llenas de almas. Ellas también están tristes y no me miran, pero yo tampoco tengo entusiasmo en mirarlas. Pero ahora sí. Ahora me he parado a ver algo que creí no poder encontrar. Una sonrisa. Una sonrisa de un chico. Sonríe cuan niño lleno de regalos. Un tesoro; algo por lo que sonreír. Ahí va, caminando con una alegría y un éxtasis indomable. Atrae la esperanza, aullenta los males. 
   Como me gustaría sentirme así. Pero hoy no puedo. Necesito a alguien que me haga reír hasta que me duela el diafragma. Y aún con dolor no borre la sonrisa de mi cara. De veras... lo necesito.
   ¿Encontraré a esa persona andando entre mares y penumbras? Puede que sí, y puedo que no. Si he encontrado una sonrisa naufragando en este mar quizás, lo encuentre a él. Pero, ya no sé que pensar.

"Días tristes, sonrisas perdidas."

No hay comentarios:

Publicar un comentario