Nunca te he visto pero, ya te conocía.

    Salió y se puso la capucha de su chaqueta azul marino mientras que con la otra mano aguantaba la resistente y olorosa bolsa de basura. Se quedó parado y la miró. Una mirada que él pudo aguantar pero, ella, al sentirlo, desvió.

    -Hola, preciosa -dijo con una estúpida sonrisa pintada en la boca. ¿Hola preciosa? ¿No lleva más de dos días aquí y ni siquiera me conoce y ya me está llamando preciosa?-pensó- ¿te ha mordido la lengua el gato?

     -Hola -cuatro letras rápidas.

    Pero ella no tenía una sonrisa, sino una mueca de desaprobación, cosa que el nuevo vecino notó.

    -Nena, ¿te pasa algo? Estás como ausente. Bueno, seguro que es el frío. En fin... Empezaré presentándome... Me llamo Harry, ¿y tú?

    -Kelly -sonaba borde y antipática, pero ni siquiera sabía por qué se comportaba así.

    -Se ve que te has levantado con el pié izquierdo, ¿eh, bonita? Y si a eso le sumamos la lluvia, peor... -decía mientras se acercaba al contenedor para tirar la bolsa mugrienta- pues que sepas que encantado de conocerte, aunque tú no pienses lo mismo.

    ¿Acaso ahora iba a saber cómo pensaba o dejaba de pensar? Dijo Kelly en un murmuro mientras se mordía los labios. Se precipitó hacia su puerta, pensando que no tenía por qué perder el tiempo, era domingo y podía descansar.

    -Eh, ¿dónde vas? -le espetó Harry mientras le agarraba de la muñeca- ¿ya te has cansado de mí? Venga, no te puedo caer tan mal si ni siquiera me conoces.

    -Claro, pero es que sé como son los chicos como tú.

    -Ah, ¿sí? Debimos ser amantes en otra vida -dijo entre unas estruendosas risas.

    -Seguro. Ahora si me disculpas, me voy. 

    -Pues mira, no te disculpo. Tan solo quería conocer a mi única vecina. Hablar con ella, quedar para tomar algo, no sé, lo normal -estaba empezando mal y acabando peor. Kelly abrió la puerta de su apartamento y cuando entraba, Harry, gritó.

    -Oye, antipática, por lo menos podías decir adiós, ¿no? -Y Kelly cerró dando un portazo. Seguramente su hermano sintió las paredes vibrar, pero dudaba que se despertara.

     Era alucinante, incluso con la puerta cerrada se pudo oír un tranquila, nos veremos más a menudo, soy el nuevo vecino, ¿recuerdas?

{Pequeños pedacitos de inspiración}

*                                                              *                                                                *