Algo más.

   Consumiéndome más rápido que un cigarrillo cuyo humo se hace palpable en el ambiente. Y es que soy una profesional de perder el tiempo y bailar al ritmo de la música en mi habitación, volumen alto, muy alto, capaz de apagar el motor de mi cerebro y no dejarle pensar más que las palabras dichas por la voz y el ritmo de ese grupo que tantas veces pasa el rato conmigo, al cual no le importa que pierda el tiempo si es con él. 
   Solo soy capaz de gritarle gracias cuando noto la calidez de mis lágrimas correr por mis mejillas, no de tristeza, sino de alegría. Haciéndome sentir llena y única. Algo que sé que nunca me dejará sola y me levantará cuando me caiga, me susurrará palabras de ánimo y me acompañará en los mejores momentos.
  Para muchos la música es ruido, algo que acompaña el ambiente de un bar o palabras dichas sin pensar, pero para muchísimos otros, como yo, es algo más, la vida misma.

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